A los Demoledorez les apasiona la destrucción, incluso para los estándares orkos. Salen en misiones de sabotaje o con el único fin de reducir a escombros lo que encuentren a su paso, y para ello se valen de cohetes y martillos con los que destrozan las máquinas enemigas y todo lo que se interponga en su camino.
Los Sepulcros Malditos están inundados de energías de muerte. Son lugares de un enorme potencial nigromántico en el que cientos o incluso miles de almas sufrieron un trágico final cargado de violencia y terror. Tales sitios son de gran utilidad para los Necroseñores Pudrealmas, al contener copiosas cantidades de carne disecada y huesos amarillentos listos para engrosar las filas de soldados no muertos o remendar a los guerreros más dañados.